Traducción de italiano
los peligros de las lenguas afines
En España existe la creencia generalizada de que el italiano es una lengua fácil de aprender. Del mismo modo, en Italia, también se piensa que el aprendizaje del español es tarea fácil, ya que el estrecho parentesco que une a ambos idiomas facilita que los interlocutores lleguen a entenderse sin grandes esfuerzos.
¿Podemos considerar entonces que el trabajo de un traductor de lenguas afines es más fácil? En absoluto. Precisamente, esta aparente facilidad es el principal enemigo del traductor. La cercanía entre el italiano y el español trae consigo, entre otras cosas, el riesgo de contaminación lingüística y las trampas que nos tienden los “falsos amigos”: aquellas palabras de dos lenguas distintas, que son iguales o parecidas en la forma, pero completamente o en parte distintas en el significado.
Al observar estos casos nos damos cuenta de que la lengua que creíamos “fácil”, no solo no lo es, sino que además, aquello que considerábamos similar, quizá tampoco lo es tanto. Por ello, la labor del traductor de lenguas afines, como en el caso del traductor de italiano – español, no es tarea fácil. Es necesario un riguroso análisis contrastivo y un buen conocimiento de ambas lenguas si queremos evitar graves errores de comprensión y de traducción. De hecho, cuando se trata de lenguas de la misma familia, en este caso románicas, y aún más con el italiano y el español, el análisis contrastivo de los distintos campos lingüísticos es imprescindible, ya que cuanto mayor es la semejanza entre dos lenguas, mayor es la dificultad para captar todos los matices.
Como comentaba Edmundo de Amicis: “El español no es en absoluto una lengua fácil para los italianos. Es más, presenta la gran dificultad de las lenguas fáciles […] Caemos en el italiano sin darnos cuenta, invertimos la sintaxis a cada momento, tenemos continuamente nuestra propia lengua en los oídos y en los labios, nos hace tropezar, nos confunde, nos traiciona…”
Estas palabras del escritor italiano resumen algunas de las dificultades a las que se enfrenta el traductor de lenguas afines, cuya labor en ningún caso es más sencilla que la de cualquier otro.
¡Muchas gracias por esta entrada!
Por fin he conseguido encontrar a alguien que ha sido capaz de traducir en palabras mis pensamientos relativos a este asunto.
Cada vez que se me dice que el italiano y el español son «prácticamente lo mismo» y que haberme sacado una carrera en España no ha debido de ser tan complicado para mí, nativa italiana, me vuelve loca.
Efectivamente, los dos idiomas tienen muchos sinónimos, palabras parecidas, algunas iguales con significados distintos (cuando no opuestos) que hacen de la traducción entre estos dos idiomas una tarea bastante complicada. Es tan fácil escribir burradas a la hora de traducir, si no se conoce perfectamente ambos idiomas; pero esto la gente no lo entiende.
¡Muchas gracias por tu entrada!
Chiara
Ciao, Chiara! Gracias a ti por seguir nuestro blog.
Estudiar una carrera en español teniendo como lengua materna el italiano no es tarea fácil. Tiene muchísimo mérito lo que has hecho y es injusto que no lo reconozcan. En el caso de nuestras lenguas la primera impresión engaña, ¡y mucho! Como tú dices, ¡cuántas veces hemos oído eso de que los dos idiomas «son prácticamente lo mismo»!
De todos modos, como sabrás por experiencia, esta opinión tan extendida es un mito fácil de desmontar una vez que uno se acerca verdaderamente a la otra lengua. Saber que en Italia un hombre puede sentirse «imbarazzato» o que podemos untar las tostadas con «burro», ha hecho que muchos estudiantes españoles de italiano se den cuenta de que no todo es tan fácil como parece.
¡Muchas gracias por tu comentario! Cari saluti!