ORÍGENES DE LA ESCRITURA: EL CUNEIFORME Y LA GLÍPTICA CILÍNDRICA – I

Posted on 09/02/2016 · Posted in Historia de la traducción

1.-Introducción

El invento del mundo mesopotámico que más trascendencia tuvo para el ulterior desarrollo de la Humanidad fue el de la escritura,  realizado a fines de la Edad del Cobre o Calcolítico, transformando radicalmente la estructura política, económica y social de los asentamientos urbanos.

Los primeros documentos se establecieron en las tablillas inscritas procedentes de Uruk IV (3800-3200 a C.), de escritura pictográfica, en la que cada signo simbolizaba la imagen de uno o de varios objetos concretos y representaba una palabra cuyo significado era equivalente o similar al objeto dibujado. Sin embargo, los primeros textos demostradamente escritos en sumerio datan del período de Djemet Nars (3200-3000 a C.). En un primer momento los signos utilizados en la escritura eran muy numerosos (entre 2.700 y 2.400). Con el tiempo fue disminuyendo la cantidad de éstos pues los escribas, buscando un uso práctico a este sistema, que era poco ágil, sustituyeron los dibujos de símbolos mediante su simplificación y estandarización graduales, haciendo desaparecer los símbolos pictográficos originales poco a poco, hasta que dejaron de ser evidentes, por marcas en forma de cuña, de ahí su denominación de escritura cuneiforme. La escritura cuneiforme quedó así reducida a unos 600 signos. Se marcaban mediante estiletes de hueso o de marfil sobre arcilla aún blanda.

Casi todas las tablillas fueron utilizadas para fines de contabilidad o inventario. Sólo a fines del Dinástico Antiguo (2900-2334), la escritura comenzó a utilizarse para registrar acontecimientos históricos.

2.-Difusión de la escritura cuneiforme

En el II milenio a C. la escritura cuneiforme se difundió por los pueblos vecinos llegando hasta Siria y el área elamita. A causa de su carácter práctico, la grafía cuneiforme fue adoptada por las distintas lenguas de la zona, como el hitita y el urarteo. En esta época ya se había implantado en todo el Próximo Oriente.

Las demandas burocráticas fueron cada vez más específicas a causa de las relaciones crecientes que se estaban constituyendo entre las ciudades-estado (III milenio) por lo que el sistema administrativo de los escribas adquirió una importancia decisiva. De ahí el extraordinario desarrollo de las escuelas de escribas. Los estudios de los futuros escribas, debido a la extrema complejidad del sistema de escritura, tenían una duración de varios años. La escolaridad era necesariamente muy larga por esta causa; la complejidad de la escritura cuneiforme y la pobreza de los métodos pedagógicos obligaban al adolescente a adiestrarse durante mucho tiempo en los signos cuneiformes y a aprenderse listas de vocabulario. La finalidad propuesta era la de formar técnicos de la escritura, competentes cada uno en una rama particular, capaces de copiar y leer un tipo determinado de textos.

La creciente demanda de correspondencia, de tratados políticos e internacionales, la necesidad de llevar un control y registro de recibos de pagos y de tasaciones o de mercancías de intercambio, por ejemplo en Ur y en Nippur, produjo el florecimiento de la profesión de escriba; los escribas accedieron de esta forma al control directo de toda información.

Una curiosidad  sobre el trabajo de  los escribas: al igual que en nuestra época se toman (o tomaban) dos cuartillas y una hoja de papel carbón para obtener la copia de un documento, los escribas cogían dos placas de arcilla, aún blandas, y con una caña afilada grababan sus notas de pedido, conservaban un ejemplar y entregaban el otro, que era una copia exacta, después de haberlas cocido en un horno, con lo que se endurecían instantáneamente por lo que su resistencia era superior a cualquier clase de papel, como se demuestra que, después de más tres mil años, pueda informarnos con exactitud.

Los miles de tablillas halladas en los archivos reales del palacio G de Ebla (III milenio), los archivos de los palacios de Mari y Ugarit (II milenio), las tablillas de Tello y la inmensa biblioteca de Assurbanipal en Nínive, forman la indispensable documentación para que los historiadores orientalistas puedan reconstruir la historia y los modos de vida de  estas sociedades.

 

R.M.M Jordán
Historiador

ORIGENES DE LA ESCRITURA: EL CUNEIFORME Y LA GLÍPTICA CILÍNDRICA – II

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